La voz de Almafuerte y el ex líder de Logos volvieron a compartir escenario en homenaje a los 30 años del disco “Luchando por el metal”. Habla la leyenda viva de V8.
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REUNION CUMBRE. Ricardo Iorio & Alberto Zamarbide, el sábado en Groove (Foto: Fernando Serani / Metaleyewitness.com) |
Histórico. Todo, a tres décadas de la edición de Luchando por el metal, el disco emblema del heavy criollo y de aquel mítico show de los españoles de Barón Rojo en Obras Sanitarias en 1983 con V8 como grupo telonero.
Treinta años después, todo vuelve. Ricardo Iorio, el prócer del heavy criollo se reunió -luego de un cuarto de siglo- en un escenario con Alberto Zamarbide, el vocalista de V8. ¿Cuándo, dónde? El sábado pasado en Groove con una banda soporte más que especial: Barón Rojo. Todo cierra. Incluso, que el grupo español alguna vez haya grabado el clásico Parcas sangrientas en un tributo a V8.
“Fue un pacto de caballeros, un homenaje a ellos mismos”, dice Alfredo “Pocho” Andrade, factótum junto a Marcelo “Tommy” Moya (íntimo de Iorio), para que esta cumbre heavy reviente en Santa Fe 4389. La pregunta es, ¿cómo se dio y por qué no se promocionó? “Fue algo muy espontáneo y fresco. Vine de Miami en abril (NdR: lugar donde vive hace varios años) y, a través de algunos amigos de Iorio, coordiné para ir a verlo a su campo”, comenta Zamarbide.
El último fin de semana de abril, el Beto viajó hasta Sierra de la Ventana y se reencontró con su colega metálico. “Recorrimos el campo, hablamos mucho y surgió la propuesta de que vaya a tocar conmigo. Ricardo aceptó, pero con la condición de no anunciarlo porque estaba pegado a su show de Almafuerte en All Boys (ver recuadro). Todo se arregló de palabra, no le pagué un peso”, dice el ex Logos.
Del otro lado de la línea, a casi 600 kilómetros, una tos persistente no deja hablar bien al máximo caudillo metalero. “Sigo siendo una persona que vive de espaldas al pasado. Lo del sábado sucedió de onda, porque un viejo amigo vino hasta mi casa y nos reencontramos después de tanto tiempo de estar separados o distanciados. Y le dije que sí. No es que rearmé V8, sino fue darle la mano a un amigo”.
Pero no sólo tocaron, también ensayaron como en aquel comienzo de los ‘80 cuando florecía nuevamente la democracia. “Fue mágico, impresionante. Habíamos señado la sala por tres días y en uno salió todo. Hubo una conexión muy copada. Es más, Destrucción no lo practicamos para el show”, reconstruye Zamarbide.
Las que sí testearon fueron Muy cansado estoy y Cautivos del sistema, con la que cerrarían la maratón de 21 temas con canciones de Horcas, Hermética, Logos y, obviamente, V8. Coordinaron con Iorio lo que querían hacer y él le pidió: “Cuando yo necesite tu presencia, quiero que estés conmigo”. ¿Cantará mañana el Beto en Floresta? “No sé, salvo que él quiera pasar a saludar antes de volverse a los Estados Unidos y cantar algo”, sella con misterio la voz de Almafuerte.
En escena el sábado, la presentación a cargo del Beto: “Para todos los pelotudos que decían que no iba a venir… el señor ¡Ricardo Iorio!”. Groove estalló en un grito y Zamarbide abrazó a su viejo amigo otra vez, como hace muuucho tiempo. “Existe el amor entre los hombres, el perdón... y el cariño. Un momento muy bonito y muy feliz”, dijo Ricardo sobre las tablas. Beto y Iorio se abrazaron y cantaron al unísono.
Entre tema y tema la gente grita “V8 no murió” ¿Qué pensará Ricardo cuando oye ese grito de guerra heavy? “No escuché nada. No entiendo a esa gente que tiene nostalgia de ser invitado al casamiento del padre y de la madre, cuando en realidad no habían nacido. Esa es la historia”. A comerla.
Volviendo al tributo del sábado, de los ex V8 estuvieron el baterista Adrián Cenci (tocó dos temas). Ausentes, Miguel Roldán (también ladero de Beto en Logos), Walter Giardino y Fernando Scarcella (Rata Blanca) quienes le desearon suerte y éxitos al cantante por la movida. Pero hubo una ausencia notable, insoslayable (descontando al guitarrista Osvaldo Civile, fallecido en 1999): la de Gustavo Rowek, el histórico baterista del cuarteto. ¿Qué pasó? “Estuve en contacto con él la semana pasada y está abocado a un problema familiar de salud. Si hubiese estado disponible, habría venido”, dice el Beto. “Está buenísimo que se haga esto, y es ridículo que gente que tuvo una obra como V8 se esté peleando por cosas del pasado más recóndito”, cuenta el “Enano”, a full con su banda Rowek.
Luego de Cautivos del Sistema (“mi tema favorito de V8”, Beto dixit) el vocalista arengó: “Imagínense lo que va a venir, cerramos con esto que es Destrucción. ¡Vamos Ricardo carajo!” gritó antes de que las hordas heavies se arremolinaran para poguear y corear a full aquello de“¡Será la solución…!
Terminó el show y el Beto se arrodilló y abrazó a Iorio. ¿Se repetirá? ¿Le picará a Iorio el bichito de la nostalgia? “Ni a palos. Esto fue brindar perdón y ayuda. Tendría que pedir perdón, por tardar tanto tiempo en hacerlo”.
Fuente: http://www.si.clarin.com/.