Peter Tägtgren regresa con más historias tenebrosas desde el más allá con “End Of Disclosure”, onceavo larga duración de la discografía de este ya mítico trío sueco. Hypocrisy nos traen un disco directo a la yugular y con pocos inventos. El propio Peter Tägtgren reconoció en algunos medios que últimamente se les estaba yendo el estilo y era momento para volver a recuperar la esencia más básica de la banda. Por supuesto esto no quiere decir que estemos ante un trabajo menor. El sonido y la producción, marca de la casa a cargo de Peter, son apabullantes y hacen que Hypocrisy se distancien varios miles de millas de cualquier cosa que tenga que ver con el Metal extremo más chabacano.
El primer single “End Of Disclosure” es el que la banda ha elegido para abrir, aunque no es el que más pistas nos puede dar de lo que será el sonido general del disco ya que estamos ante una pieza prácticamente de Black Metal en su vertiente más melódica, donde Peter Tägtgren usa su registro más rasgado aunque siempre entendible. A tenor por lo escuchado, la temática del disco gira en torno a la inminente masacre a la que se verá abocada la tierra por fuerzas extraterrestres; letras fantasiosas que como es costumbre en el Metal extremo se pueden leer como metáforas de una realidad más cercana.
A partir de “Tales Of Thy Spineless” se impone la vertiente más Death Metal. De hecho en este segundo corte podemos escuchar algunas de las partes más extremas y enfermizas del disco. Peter Tägtgren vuelve aquí a su registro más gutural y el baterista de Immortal, Horgh, demuestra que en Hypocrisy también tiene un espacio mas que importante. Al igual que en “End Of Disclosure”, aunque la base musical es en líneas generales bastante brutal, llegado el momento del estribillo la canción gana en gancho. Sin duda, este es el truco que mejor maneja Hypocrisy. Repiten formula aunque con algo menos brío en “United We Fall” y “When Death Calls”, mucho más cercanas a los estándares del Death Metal Melódico. A colación de esto, “44 Double Zero” recuerda muchísimo a los Arch Enemy de la época Johan Liiva, sin duda uno de los momentos estelares del acetato gracias a una gran musicalidad y un trabajo de guitarras notable.
En “The Eye”, Hypocrisy nos ofrecen una pieza pesada que consta de un riff central de guitarra sencillo pero muy efectivo a cargo de Peter Tägtgren. El bajo de Mikael Hedlund suena aquí muy distorsionado, a lo Overkill, y pega bastante con la orientación Thrash Metal que le han querido dar. Algo parecido encontramos en “Hell Is Where I Stay” aunque esta es mucho más pesada, truculenta y oscura. Por momentos me ha recordado a las canciones más densas de Morbid Angel.
La misión de Hypocrisy ya no es sorprender a nadie. La banda tira de veteranía y con poco son capaces de regalarnos un disco notable, si bien el mayor hándicap es que ha sido tanto y bueno lo que en los últimos años nos ha dado la escena Death Metal escandinava que difícilmente destacará como sí lo hicieron otros trabajos de la banda que en su día fueron mucho más vanguardistas.
No puedo cerrar esta reseña sin destacar el buen trabajo que Wes Benscoter ha realizado con la portada en la que combina temática extraterrestre y demoníaca.
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