Día 1 13/04/2013
El gran día esperado por los fanáticos del metal, llegó con la celebración del festival más importante de la
región dedicado a este estilo. The Metal Fest, en su segunda edición, apostó por la diversidad del género para reunir en un mismo cartel a corrientes como el death metal, el grindcore, el thrash metal y el glam rock, entre otros, que conformaron un conjunto de agrupaciones de lujo en el papel, pero irregular cuando tocó poner en escena a agrupaciones como Arcturus, y a los liderados por el legendario Phil Anselmo, Down, estos últimos, sorprendentemente, faltos de química con un público que no pudo entrar en su juego. Por otro lado, la balanza volvió a favorecer al thrash, cuando los alemanes de Sodom asediaron al Movistar Arena con un show acotado, pero muy efectivo, y Twisted Sister, el número menos “metalero” de la noche, se robó la película armando una verdadera fiesta en pleno infierno. Este es el resumen de lo ocurrido en la primera jornada de The Metal Fest 2013.
Lock Up: Grindcore con clase
Los ingleses de Lock Up realizaron su debut en el país, además de abrir los fuegos. La banda en donde milita nuestro compatriota Anton Reisenegger en la guitarra, salió a escena a las 15:00 hrs. en punto para despacharse una extrema presentación que duró poco más de treinta minutos. Una intro sepulcral daba la entrada a la banda y “Brethren Of The Pentagram”, del último disco de la banda “Necropolis Transparent” (2011), era el primer corte interpretado por el cuarteto grindcore. El sueco Tomas Lindberg, quien nos visitó el año pasado junto a At The Gates, sale a escena y se convierte en el amo de ceremonias de este acto extremo, cuya configuración esta tan bien pensada, que a ratos la definición de grindcore no encaja ante la pulcritud y tecnicismo de los ingleses. El vocalista agradece la numerosa concurrencia a esas horas de la tarde, antes de presentar “Slaughterous Ways”.
Cada corte de Lock Up se siente como una maquinaria casi monótona en su marcha, pero llena de matices que dan el valor agregado a la propuesta del grupo. Temas como “Accelerated Mutation”, “Violent Reprisal” o “The Embodiment Of Paradox And Chaos”, pueden parecer breves impactos sónicos, similares en su ejecución, pero entregando el espacio suficiente para apreciar la inmensa precisión de Nicholas Barker en las baterías, y las cuerdas de Reisenegger y Shane Embury, quien golpeaba su bajo sin compasión en cada uno de los cortes. El material antiguo se hizo presente con temas como “Submission”, para pasar a lo más nuevo con “Necropolis Transparent”, la canción.
El momento más memorable de Lock Up en The Metal Fest, se vivió cuando Lindberg presentó
a Reisenegger como “el chico nuevo del grupo”, además de recordar al fallecido ex guitarrista de Lock Up, Jesse Pintado, para luego invitar al escenario a Dan Lilker, bajista de Brutal Truth, a unirse a la banda para tocar “Storm Of Stress”, cover de la banda Terrorizer. El final llegaría con “After Life In Purgatory”, cerrando la primera presentación de la agrupación en Sudamérica, con un gran marco de público que no hizo asco a uno de los estilos más extremos del metal, que en la jornada del sábado encontró mayor profundidad y pulcritud de la mano de Lock Up.
Setlist: Brethren Of The Pentagram – Slaughterous Ways – Accelerated Mutation – Violent Reprisal – The Embodiment Of Paradox And Chaos – Submission – Necropolis Transparent – The Jesus Virus – Vomiting Evil – Castrate The Wreckage – Storm Of Stress (cover de Terrorizer) – After Life In Purgatory
Arcturus: Accidentado viaje sideral
Como uno de los nombres más atractivos del cartel en cuanto a lo particular de su propuesta, los noruegos Arcturus adolecieron en su debut de una pésima mezcla de sonido, la cual no fue capaz de arreglarse sobre la marcha, dejando a la vista la mala forma en la que se encontraba la voz de ICS Vortex, quien en reiterados momentos no pudo controlar las diversas modulaciones de voz, escapándosele uno que otro gallito, detalles que sumaron para peor cuando el bajo de Skoll sufrió un problema que lo dejó ausente de dos canciones del set.
Todo comenzó con “Evacuation Code Deciphered”, despertando la admiración de los no pocos fanáticos de los noruegos, que no se podían creer que Arcturus estuviera presente en suelo nacional. Los problemas en el sonido quedaron patentes desde un principio, obligando a pasarlos por alto y disfrutar de la interesante mezcla avant garde del quinteto. “Ad Absurdum” invitaba al salto y al canto de los fanáticos, mientras el resto del recinto trataba de entrar de a poco en las dimensiones extrañas de Arcturus, cuando no se sabía si moshear o apreciar con la boca abierta las geniales intervenciones de Sverd en los teclados, durante la interpretación de “Nightmare Heaven”.
Se presentó material de la última producción que realizaron los europeos, “Sideshow Symphonies” allá por el año 2005, con el tema “Hibernation Sickness Complete” y material clásico como “Painting My Horror”, que fue celebrada con una bandera chilena que cayó al escenario desde la cancha, y que el vocalista dobló con cariño, asegurando que ocuparía un lugar en su estudio. “Alone” y “The Chaos Path” siguieron haciendo las delicias de los fans, mientras que en la última la voz de Vortex llegó a su punto más crítico al no poder alcanzar una nota aguda, provocando la risa del vocalista, que no se dejó flaquear por el error.
“Rødt Og Svart” fue lo más antiguo que presentó la banda en su set, momento que marcó la salida de Skoll, cuyo bajo dejó de funcionar de un momento a otro, quedando ausente en la interpretación de “Shipwrecked Frontier Pioneer”, volviendo en el momento exacto para tocar “Master Of Disguise”, la que dio por terminado el show de Arcturus, que resultó algo incómodo en sus últimos minutos, principalmente por los defectos ya mencionados, que hicieron de este ansiado debut, una inmensa deuda pendiente con los fanáticos, que disfrutaron, es verdad, pero no en las mejores condiciones.
Setlist: Evacuation Code Deciphered – Ad Absurdum – Nightmare Heaven – Hibernation Sickness Complete – Painting My Horror – Alone – The Chaos Path – Rødt Og Svart – Shipwrecked Frontier Pioneer – Master Of Disguise
Corrosion Of Conformity: Crudeza y suciedad a la vena
Reunidos el año 2010, Corrosion Of Conformity se instaló en The Metal Fest como uno de los números más directos de la tarde. Stoner, thrash y heavy metal, no se dieron tregua en un set bastante bondadoso para los fanáticos, quienes pudieron apreciar todo el poderío del renovado trío.
Sin mayores presentaciones, los norteamericanos tomaron sus puestos y comenzaron con “Psychic Vampire”, del disco “Corrosion Of Conformity” (2012). “Deliverance” continuó la marcha con el sonido más potente hasta esa hora, dejando escuchar la voz de Mike Dean, con una claridad extraordinaria, que se sumó a su virtuosismo en el bajo, dotando de peso a las secciones más stoner del conjunto. Tratando de articular algunas palabras en español, el vocalista daba la bienvenida al respetable mientras presentaba a sus compañeros de banda, con los que luego presentó “The Doom”, otra del último disco, sumado a “The Moneychanges”, la cual tuvo como respuesta un bondadoso pogo por parte de la cancha, que fue agradecido con un “god bless you” por parte del frontman.
“Strong Medicine Too Late” del EP “Megalodon” (2012) mostró lo mejor del nuevo COC, mientras que clásicos como “Technocracy” ponían a prueba la resistencia del torbellino que se formó durante gran parte del show. Los norteamericanos entregaron un show dinámico y con una cierta sensación de continuidad entre canción y canción, tocando interludios instrumentales que eliminaban las pausas de un repertorio que avanzó raudo y veloz.
Por último, el momento que sacó más aplausos fue cuando Pepper Keenan, ex vocalista y guitarrista de COC, actual Down, se posaba sobre el escenario para dar fin a la presentación con los temas “Señor Limpio” y “Vote With A Bullet”, y que me perdone COC, pero hay que reconocer que funciona muy bien como power trio, pero cuando Keenan subió al escenario, la sensación fue totalmente distinta, como la de estar viendo a una banda completa y dinámica, que cerró una presentación entretenida y llena de la crudeza de la que tanto se jacta Corrosion Of Conformity.
Setlist: Psychic Vampire – Deliverance – The Doom – The Moneychanges – Strong Medicine Too Late – Technocracy – Señor Limpio – Vote With A Bullet
Sodom: Contrataque germano
Alemania sacará cuentas alegres después de la realización de este festival. Si Accept en “La Previa” se llevó un concierto de ensueño para su futuro DVD, el show de Sodom se ganó la presea de oro de la noche, siendo la única banda capaz de reproducir el mosh inmenso que provocaron en la edición anterior bandas como Kreator o Anthrax. Porque el metalero chileno de la vieja escuela se formó conthrash, y el de la nueva ha abrazado ese legado con fiereza. La cuarta visita de los teutones venía precedida por el recuerdo de su show el año pasado en el Teatro Caupolicán, oportunidad en la que realizaron una presentación de antología, y lo cierto es que Sodom no decepcionó y fue inteligente en tomar lo mejor de esa noche de abril, para replicarlo un año después en un show demoledor.
“Among The Weirdcong” fue el primer corte de la noche, y en sus manos estuvo el empuje oficial de este Metal Fest porque, hasta ese momento, ningún recital se había disfrutado con el verdadero fulgor del metal. “The Vice Of Killing” fue la réplica perfecta, con una cancha viviendo el éxtasis thrashero. El trío de músicos hacía su trabajo en el escenario con la satisfacción de repetir el éxito de hace un año, ahora en magnitudes bastante superiores al del recinto de San Diego, donde temas añejos como “Outbreak Of Evil” hicieron el festín de miles de metaleros. Tom Angelripper en bajo y las voces, Bernd “Bernemann” Kost en guitarra y Markus Freiwald en la batería, se transformaban en los actores principales de la jornada, recibiendo los cánticos de cariño del público con respeto y fraternidad. “Surfin’ Bird”, cover de The Trashmen, sacaba el lado más punk de los teutones y “The Saw Is The Law” era la más elocuente al graficar la filosa sierra que era el trío a esas horas de la tarde.
Una bandera chilena era extendida por el bajista y el guitarrista, momento ideado para sacar todas las fotos posibles y continuar la batalla con “Nuclear Winter”, “Burst Command ’til War”, y “Stigmatized” de su último disco, “Epitome Of Torture” (2013). Los europeos eran una de las sandías caladas del certamen, y con la llegada del clásico “Agent Orange”, el acierto de haberlos reclutado para el cartel rindió sus frutos con un mosh descomunal, el más grande de la noche, propulsado por la agresividad y la algarabía del metal. Usando la misma capucha que el personaje que protagoniza la portada de “In the Sign Of Evil” (1984), Angelripper presentó “City Of God” y “Blasphemer”, pero el público venía pidiendo hace rato “Fuck The Police”, y entendiendo muy bien el mensaje, Sodom dio en el gusto a sus fanáticos con el rebelde himno.
Previa presentación de los integrantes, donde Kost se dirigió en un español bastante correcto para el contexto de la tarde y presentar al líder de la agrupación, llegaba el final del espectáculo con “In War And Pieces” y la más extrema de todas, comandada por el bajo de Angelripper, “Bombenhagel”, fueron la última manifestación de violencia de Sodom en su paso por The Metal Fest. Sin duda, el número más aprovechado de la jornada por los miles de asistentes que se dieron con todo durante la breve presentación. Los teutones fueron los protagonistas este año, y Sodom hizo honor a su legado. Un gran concierto.
Setlist: Among The Weirdcong – The Vice Of Killing – Outbreak Of Evil – Surfin’ Bird” (cover de The Trashmen) – The Saw Is The Law – Burst Command ’til War – Stigmatized – Agent Orange – City Of God – Blasphemer – Fuck The Police – In War And Pieces – Bombenhagel
Morbid Angel: Death para las masas
Un Movistar Arena repleto recibía la sexta visita de Morbid Angel. Los estadounidenses llamaron la atención de la totalidad de los asistentes del evento, siendo el único número que alcanzó a repletar el recinto durante la jornada. Conscientes del contexto en el que estaban ubicados, los dirigidos por David Vincent trajeron un repertorio lleno de clásicos, para dejar contento al numeroso contingente que los estaba esperando. Curioso era ver proyectado en las pantallas un anuncio del próximo concierto del dúo español Ana Belén y Víctor Manuel, anecdótico por decirlo menos, cuando estábamos a sólo un par de minutos de recibir un azote death metal. En fin, momentos que ayudan a alivianar la espera comentando lo irrisorio de la situación.
Luces fuera y Morbid Angel comenzaba su concierto con un estruendo de guitarras, y Vincen preguntando en un gutural español: “¿Qué onda, Santiago?”, para seguir con la dupleta conformada por “Immortal Rites” y “Fall From Grace”, poniendo a prueba el aguante de la cancha. Posterior agradecimiento del vocalista, quien informaba que está noche iba a sacrificar su contacto con el público en pos de aprovechar el tiempo para tocar más canciones, era recibida “Rapture”, que se robó los aplausos del respetable, bajo un sonido demoledor y una iluminación sepulcral, digna de la oscuridad de la música de los norteamericanos.
“Maze Of Torment” ponía el pie en el acelerador para dedicar una sección a lo más nuevo del grupo, extrayendo los mejores cortes de “Illud Divinum Insanus” (2011) con “Existo Vulgoré”, “Nevermore”, donde se pudo apreciar con claridad una disminución de la adrenalina, lo que echaba a perder un poco la posta, que afortunadamente se reavivo con “Lord Of All Fevers And Plague”, perteneciente al debut de Morbid Angel, “Altars Of Madness” (1989).
“Chapel Of Ghouls” fue otro clásico para los fanáticos, condimentado por el insano momento de Trey Azagthoth, cuyo rostro oculto tras su frondosa cabellera no hacía mella para transmitir la locura tras las cuerdas. “Where The Slime Live” seguía avasallando al respetable, para terminar con “God Of Emptiness”, donde se pudo apreciar a un entregado Phil Anselmo a un lado del escenario, cabeceando como un metalero más, y dar la última estocada con “World Of Shit (The Promised Land)”. Morbid Angel conquistó al Metal Fest con un setlist a prueba de balas. Haciendo eco de las palabras que Vincent compartió con nosotros en la entrevista que pudimos realizarle hace algunas semanas, la maquinariadeath de los norteamericanos nos trajo un conjunto de los clásicos más recordados de su catálogo para dar en el gusto a los suyos, esta vez de manera masiva y contundente en el festival metalero más importante de Sudamérica.
Setlist: Immortal Rites – Fall From Grace – Rapture – Maze Of Torment – Existo Vulgoré – Nevermore – Lord Of All Fevers And Plague – Chapel Of Ghouls – Where The Slime Live – World Of Shit (The Promised Land) – God Of Emptiness
Twisted Sister: De fiesta en el infierno
El primer gran número de la noche venía a cargo de Twisted Sister, la leyenda del glam rock ochentero que se salía del contexto metalero de esa noche de sábado. Inimaginable hace unos años habría sido imaginarse a Twisted Sister presentándose después de Morbid Angel. Desgarraduras de vestiduras, entre otras discusiones sobre qué es y qué no es metal, se habrían sucedido con seguridad. Lo más probable es que ahora también hayan ocurrido, pero lo cierto es que los neoyorkinos, por muy símbolos del glam que sean, tienen un repertorio potente, forjado en la mejor tradición del heavy metal, y lo suyo fue un show excelente de principio a fin.
“You Can’t Stop Rock ‘n’ Roll” dio el puntapié a esta fiesta en el infierno. Condones volaban sobre la muchedumbre, recreando un ambiente perfecto para disfrutar de la música del quinteto, que ya no se sobrecarga de maquillaje como en sus años mozos, pero conserva esa energía jovial que corre con todo en las venas Dee Snider, el hiperventilado vocalista, que nunca paro de correr de un lado para otro, demostrando un gran estado físico y una voz que parece no haber cambiado mucho desde sus años mozos. “Shoot ‘Em Down” mezclaba el baile con el pogo, mientras que “Stay Hungry” llegaba decidida a mostrar la faceta más heavy de “la hermana retorcida”.
Los “ole, ole, ole, Twisted Sister” no se hicieron esperar para cuando el vocalista dirige unas palabras al respetable, rememorando la primera visita de la banda el año 2011, donde pudieron comprobar los “locos hijos de puta” que éramos los chilenos, por lo que pidió nuestra colaboración para celebrar a un emocionado Kirk Windstein, guitarrista de Down, quien ese día se encontraba de cumpleaños, y de regalo obtuvo la intensa interpretación de “The Fire Still Burns”, ya que, según palabras del platinado vocalista, cantar el “cumpleaños feliz” no es metalero.
“The Kids Are Back” nos llevaba de vuelta a los años de gloria del glam, rematando con la incondicional “We’re Not Gonna Take It”, que tuvo, al igual que el año 2011, represalia con la versión españolizada de la letra, siendo el popular coro “huevos con aceite… y limón” musicalizado por los americanos en el momento más divertido de la noche. Pasado el jolgorio, el guitarrista Jay Jay French tomaba el micrófono para agradecer con mucha humildad el cariño del público chileno, declarando que este año sólo realizarían siete conciertos en todo el mundo, y dos de ellos serían en Sudamérica, por lo que la devoción de los chilenos era un regalo para los viejos Twisted Sister. “The Price” fue la guinda de la torta para coronar ese emotivo momento. El demonio glam poseía a Snider, quien iluminado por luces rojas, sacó su lado más teatral en “Burn In Hell”.
De improviso, cuando llevábamos poco más de cuarenta minutos de show, llegaba “I Wanna Rock”, para volver a despertar los cánticos del Movistar Arena, que recibía la última canción de los norteamericanos, “It’s Only Rock ‘n’ Roll (But I Like It)”, cover de The Rolling Stones y que no había sido interpretado por la banda hace muchos años. Asidero del mayor momento de conexión entre banda y público, Twisted Sister abandonaba The Metal Fest con una presentación muy breve, pero intensa a más no poder. Los ídolos del glam rock salieron, una vez más, extasiados con la fanaticada chilena, celebrando con pasión la respuesta de miles de personas que mantienen a Twisted Sister con vida, como uno de los grandes clásicos del metal y el rock mundial. De lo mejor de la noche, sin lugar a dudas.
Setlist: You Can’t Stop Rock ‘n’ Roll – Shoot ‘Em Down – Stay Hungry – The Fire Still Burns – The Kids Are Back – We’re Not Gonna Take It – The Price – I Wanna Rock – Burn in Hell
Down: Cuando ser ídolo no basta
Extraña fue la sensación tras dejar el Movistar Arena después de haber presenciado el show de Down. Si bien, los americanos se despacharon un show solvente y demoledor, la química con el público fue nula, aparte de los aperrados fanáticos que se agolparon en la parte delantera de la cancha para cabecear cada uno de los cortes de los de Louisiana, el resto del recinto estaba muerto, como si después del jolgorio que significó el recital de Twisted Sister las pilas se descargaron, o simplemente no había disposición para hacer más que mirar en silencio el show de Anselmo y compañía. Down llegaba para cerrar la noche y el escenario les quedó grande. Anselmo será una leyenda viviente delmetal, pero Down no ha podido conquistar a la audiencia como lo hizo alguna vez Pantera.
Los norteamericanos salieron con unos minutos de atraso, pero una vez en el escenario, no se reservaron nada y entregaron hasta la última gota de sudor que les quedaba en el cuerpo, quizás en vano. “Lysergik Funeral Procession” comenzó la presentación, con un Phil Anselmo motivado y dispuesto a pasarla bien. El sonido era aplastante y la banda hacía lo suyo frente a poco más de la mitad del público que presenció unas horas atrás a Morbid Angel. “Pillars Of Eternity” continúo la contienda y los primeros minutos de Down eran auspiciosos, pero de pronto el vocalista comenzó a lanzar comentarios sobre la baja respuesta de los presentes, antes de iniciar “Lifer”.
Preguntando si estábamos dormidos, el ex Pantera pedía a la gente que comenzará de una vez por todas a mostrar algo de entusiasmo, y todo el peso de “Witchtripper” no fue suficiente. El público chileno no conoce a Down, y la mayoría estaba ahí para ver a Phil Anselmo. La condición de ídolo ha jugado una mala pasada al robusto calvo, ya que la performance de su banda quedó marcada como uno de los números de más bajo perfil de la jornada. Impensado, es verdad, y peor aún, cuando la banda estaba realizando su trabajo de muy buena manera, y un buen número de asistentes estaba gozando el espectáculo a concho. El Teatro Caupolicán es un buen lugar para un concierto de Down, el cierre de un festival de estas características, no. Podrá sonar como un argumento inválido para quienes lo pasaron increíble con el show de los estadounidenses, pero tener a un Phil Anselmo declarando estar aburrido en numerosas ocasiones, merma la experiencia del show.
“Temptation’s Wings”, “Ghosts Along The Mississippi” y “Losing All”, prendieron un poco más los ánimos, siendo “New Orleans Is A Dying Whore”, el corte que alcanzó el peak en la presentación de Down. Mofándose de los que estaban parados sin hacer nada y creando un cierto clima de incomodidad para quienes trataban de integrarse al show, mientras que los verdaderos fans de Down se dieron con todo en “Eyes Of The South”. Ni siquiera el guiño a “Walk” de Pantera logró levantar a todos en el Movistar, tanto así que el vocalista se prendió un pito de marihuana que recibió desde el público unos momentos antes, con la justificación de poder pasarla mejor, y dedicando “Hail The Leaf” a todos los marihuaneros presentes.
“Stone The Crow” fue otra de las bien recibidas por la audiencia, logrando incluso sacar el canto de la arena, que acompañó la melodía de guitarra y luego cantó el “cumpleaños feliz” al celebrado Kirk Windstein. “Bury Me In Smoke” cerró la primera noche de The Metal Fest versión 2013, con la banda entregando sus instrumentos a roadies y fanáticos presentes en el escenario para que siguieran tocando mientras ellos se despedían de un público que no fue capaz de conectar en plenitud con los sureños. Anselmo realizó un canto a capela al final de show y abandonó el escenario con un gusto amargo que se notaba en su rostro.
Setlist: Lysergik Funeral Procession – Pillars Of Eternity – Lifer – Witchtripper – Temptation’s Wings – Ghosts Along The Mississippi – Losing All – New Orleans Is A Dying Whore – Eyes Of The South – Walk – Hail The Leaf – Stone The Crow – Bury Me In Smoke
Por Sebastián Zumelzu
Fotos por Praxila Larenas
Fuente: www.humonegro.com
Día 2 14/04/2013
A diferencia del día sábado, la segunda jornada de The Metal Fest fue redonda. Cada uno de los grupos reventó el Movistar Arena, funcionando a la perfección la mezcla de géneros y consolidando al festival como el certamen metalero más importante de la región. ¿Por qué? Porque no fue necesario meter una “sandía calada” al cartel para tener una noche de metal sobresaliente. Desde Brutal Truth hasta Devin Townsend Project, el domingo fue una jornada exquisita de inolvidables debuts y sobresalientes regresos.
Brutal Truth: Brutalidad y respeto
El grindcore volvió a ser el estilo que abrió el último día de festival. Brutal Truth descargó toda la suciedad de su repertorio en un espectáculo preciso, que gozó de una gran respuesta por parte del público. El vocalista de los neoyorkinos, Kevin Sharp, anticipaba la fiesta grindcore lanzando discos y vinilos a los asistentes, minutos antes de comenzar el show.
Los músicos entraban a escena para realizar la primera descarga con “Birth Of Ignorance”, y de ahí el caos no se detendría. Aprovechando el poco tiempo que tenían, los norteamericanos se despacharon veinte canciones, entre las que destacaron “Godplayer”, con un Dan Lilker como protagonista de la función arrasando con su bajo, y “Denial Of Existence”, que desató uno de los mosh más infernales del día.
La banda se mostró agradecida en todo momento por el recibimiento local, después de todo, debutar en un escenario de esta magnitud, con un estilo que no es de los más populares en Chile, es una hazaña que no pocos pueden contar, y así lo confirmaron el poder de cortes como “Celebration Gunfire” y “Small Talk”, que marcaron la parte intermedia del espectáculo, con una banda que derrochaba violencia y, al mismo tiempo, respeto y estima, como si fuera un verdadero honor el salir triunfante de nuestras tierras.
Canciones como “Sugardaddy”, “Get A Therapist… Spare The World”, “Fuck Cancer”, y la elegida para cerrar el show, “Choice Of A New Generation”, con un Sharp lanzándose hacia el público, sellaron una presentación simplemente brutal, haciendo honor al legado de la banda y transformándose en la primera de una seguidilla de satisfacciones que se sucederían durante este glorioso domingo.
Nile: El debut soñado
Si el discreto cierre con Down la noche anterior había sembrado algunas dudas sobre la pasión del metalero chileno, lo de Nile volvió a poner a los chilenos como el público más enérgico del estilo, porque su actuación fue una de las que dejó el mejor sabor de boca, con una química que se manifestó desde la primera nota de “The Blessed Dead”, hasta la ovacionada “Black Seed Of Vengance”.
Los de Carolina del Sur se habían hecho de rogar y su debut en Chile se hizo realidad después de tres intentos frustrados por traerlos al país. La incertidumbre estaba en que si tenerlos presentes por primera vez en el marco de un festival era la forma idónea de encontrase con Nile. No hizo falta más que la sola presencia del cuarteto sobre el escenario para acallar todas las bocas, y embarcarse en su máquina virtuosa y aplastante.
“Defiling The Gates Of Ishtar”, “Sacrife Unto Sebek”, “Supreme Humanism Of Megalomani”, cumplían las fantasías más oscuras del numeroso contingente que se hizo parte del debut de Nile. Cánticos de emoción eran reproducidos desde cada uno de los rincones del recinto y un extasiado Karl Sanders no hacía más que sonreír de orgullo y animar a los fanáticos a continuar el carnaval demoledor con “Ithyphallic”.
La promesa de un regreso no se hizo esperar y la deuda quedó saldada cuando llegó “Black Seed Of Vengance”, cerrando un recital que dejó a todos con ganas de más, porque con tal nivel de majestuosidad en su presentación, Nile merecía estar más tiempo sobre el escenario. El ansiado show a solas es la próxima meta a cumplir, porque con este debut soñado, Nile no puede volver a hacerse esperar tantos años para reencontrarse con el público más extremo del mundo. Sublime.
Brujería: ¡Arrasando Güeros!
Ocupando el vació que dejó Voivod tras la cancelación de su show en el festival, los mexicanos de Brujería se dejaron caer con un show que sopesó con creces la caída de los canadienses, haciendo del Movistar Arena un verdadero torbellino de puños y metal con sabor latinoamericano.
Los encapuchados comenzaron con “Cuiden A Los Niños”, para luego desear lo mejor a Snake, vocalista de Voivod, y dejar en claro que ellos venían a ser más que un reemplazo con la brutal ejecución de “El Desmadre”. Para hacernos parte de su ejército, los mexicanos nos pusieron a marchar con “La Marcha Del Odio”, donde no sólo desfilaron soldados chilenos, sino que también venezolanos y brasileños. Poder sudamericano celebrando a una de las bandas que mejor ha podido retratar la realidad de su sociedad y su pueblo en Latinoamérica, un mérito muy valorable tomando en cuenta que muchos músicos de esta parte del continente abandonan sus raíces a la hora de hacer música, para tratar de asimilarse a las influencias del norte.
“Colas De Rata”, “Cruza La Frontera”, “Brujerizmo” y el adelanto del próximo disco, que ha sabido hacerse esperar, con “Ángel De La Frontera”, se transformaron en algunos de los momentos más destacables de los liderados por Juan Brujo. La comunicación con los presentantes fue esencial para el show, donde se sucedieron bromas como la de que Dee Snider, vocalista de Twisted Sister, subiera al escenario para interpretar junto al grupo “Matando Güeros”, además de reconocer en cada momento la fiereza del público local, a quienes denominaron como “los más chingones”.
El gran final llegó con “Matando Güeros”, con el machete de Juan Brujo azotando los retornos, mientras que en la cancha la violencia se desataba y los puños volaban para despedir al combo mexicano, que salía del escenario secundado por la jocosa versión de la “Macarena”, rebautizada como “Marijuana”. Nos quedamos sin Voivod, pero obtuvimos la fuerza de Brujería que, sin medir consecuencias, arrasó con todos.
Symphony X: Virtuosismo y poder
Dejando la agresividad a un lado, llegaba el poder de Symphony X. El quinteto dirigido por Michael Romeo, nos entregó un repertorio lleno de éxitos, donde el virtuosismo de su guitarrista se hacía un espacio entre los cantos épicos de Russell Allen, para deleitar nuestros oídos con la banda más “escuchable” de la velada.
Siendo “Iconoclast” (2011) el disco más reciente de los de Nueva Jersey, por lo que “Iconoclast”, la canción, “The End Of Innocence” y “Dehumanized”, fueron las que abrieron el show de Symphony X, y por muy recientes que sean en el repertorio de los americanos, los fanáticos no dejaron de seguir las letras que reproducía un Russell Allen en un perfecto estado, quien dirigía al grupo con presteza, hasta que tocaba ceder el turno a Romeo, quien parecía montar un espectáculo propio, aparte de la banda, para demostrar su virtuosismo en las cinco cuerdas.
El sonido era perfecto, y servía para descansar por unos momentos de las sesiones de destrucción que significaron los números anteriores, para poner a prueba la garganta y disfrutar de canciones como “Sea Of Lies” y la emociónate versión de “When All Is Lost”, donde Allen se transformó en el protagonista de esta balada perteneciente al último larga duración de Symphony X.
Tampoco es que la actuación de los estadounidenses haya sido un tranquilo paseo por la pradera, “Of Sins And Shadows” tiene en su interior rabia y poder suficientes como para disfrutar con intensidad, mientras Romeo en la guitarra y Pinnella en el teclado, demostraban con soltura la experticia sobre sus instrumentos.
“Eve Of Seduction”, “Serpents Kiss” y finalmente “Set The World On Fire (The Lie Of Lies)” cerraron la presentación de los norteamericanos en The Metal Fest, funcionando como un perfecto catalizador entre la brutalidad y los himnos melódicos del heavy metal progresivo.
My Dying Bride: Catarsis oscura y melancólica
Lo de My Dying Bride fue un paréntesis en la tarde de domingo. El Movistar Arena se entregaba a las sombras y a las emociones más oscuras del alma humana, para ser interpretadas por las letras bucólicas y desgarradoras de los ingleses. Teatralidad quejumbrosa cortesía del calvo vocalista, Aaron Stainthorpe, hizo del certamen un tenebroso poema que se extendió por poco más de una hora.
“Kneel Till Doomsday”, perteneciente “A Map Off All Our Failures” (2012), el último larga duración de la banda, dio la entrada al quinteto que se mantuvo en la parte delantera del escenario, presentando a cada uno de sus músicos, como seres sumergidos en la desolación, siendo Stainthorpe el canal por el cual fluían todas las emociones.
El doom metal hacía su entrada oficial a The Metal Fest y no soltó a ninguno de los asistentes, quienes parecían estar bajo una hipnosis catártica –llantos incluidos de algunas fanáticas ubicadas en la platea-, tratando de desordenarse en reiterados pasajes, donde la intensidad lograba ascender desde el fondo de la oscuridad, pero sin mayores resultados que un par de brazos alzados, incapaces de romper el encantamiento en el que nos había apresado My Dying Bride.
“Turn Loose The Swans” fue el primer regalo para los fanáticos que tuvieron que esperar una eternidad para vivir este momento en vivo. Una vez más, el poder del debut en el lugar y momento indicado, hizo de esta presentación un imperdible, a pesar de que las revoluciones se mantenían en su estado más bajo con “From Darkest Skies”. Aaron Stainthorpe se robaba la película en todo momento, absorto en su interpretación, sólo dirigiéndose al público al final de cada tema, donde mostraba la alegría del músico detrás del personaje.
Sendas versiones de “She Is The Dark”, “The Cry Of Mankind” y “The Forever People”, cerraron el show
de los europeos. El repertorio fue modesto para este debut, siendo que cada canción superaba los cinco minutos de duración, el cumplimiento de esta “deuda” sólo creo más ansias por volver a vivir un nuevo show de My Dying Bride. Terminada su personificación, el vocalista prometió el regreso de la banda, dejando el sabor a melancolía oscura en cada uno de los labios de los presentes, quienes no tienen otra opción más que esperar con paciencia hasta volver a tener la oportunidad de lanzarse a las sombras de My Dying Bride.
Carcass: Efectiva demolición
El gran plato fuerte de la noche llegaba con el retorno de Carcass, quienes tuvieron la gran tarea de sacar al Movistar Arena de la hipnosis de My Dying Bride, y revolucionar a un público que desde un principio estaba totalmente entregado a la devastación de los británicos.
Con perturbadoras imágenes de apoyo proyectadas en los amplificadores y en las pantallas ubicadas en la parte superior del recinto, los ingleses comenzaron la contienda con “Buried Dreams”, rompiendo el letargo e inyectando adrenalina en cada una de las almas que se dejaron todo en la sala de cirugías bestiales de Carcass. Tal fue la magnitud del impacto, que de pronto el humo de un extintor comenzó a emanar desde el centro del mosh, en un movimiento peligroso, pero que hay que admitir, encajó de perillas con la tónica del show.
Bajo un sonido que nunca alcanzó la pulcritud, Carcass se transformó en una bestia imparable. Conscientes del escaso tiempo del que disponían, los de Liverpool hicieron de las suyas con temas como “Incarnated Solvent Abuse”, “No Love Lost”, “This Mortal Coil”, y “Genital Grinder”, que fue acompañada de asquerosas imágenes de genitales infectados por enfermedades, y fue dedicada con cariño por Jeff Walker a todas las señoritas del lugar.
Según los entendidos en el tema, este redactor no puede opinar al respecto, al no haber estado presente en el evento, el show que ofreció Carcass en el Teatro Caupolicán hace cinco años fue un acontecimiento que quedó grabado con fuego en cada una de las retinas de los metaleros que estuvieron presentes ese día. Tomando en cuenta estos argumentos, he de admitir que, a pesar de que los ingleses hicieron suyo el Movistar Arena, faltó algo que hiciera de esa presentación lo épica que se esperaba. Nile lo tuvo, y se notó desde un principio, pero terminada la presentación de Carcass con la mortal “Heartwork”, la sensación de que esto pudo haber sido un poco más, no deja de rondar la cabeza de quien escribe. Aun así, la presentación fue increíble y marcó el último gran momento de violencia de la noche.
Devin Townsend Project: El triunfo del genio demente
Esta era la gran interrogante de la noche. ¿Cómo iba a recibir The Metal Fest a Devin Townsend? Es cierto que el canadiense tiene a su público incondicional en el país, quienes pagaron exclusivamente para ver al ex Strapping Young Lad, pero ¿qué pasaba con el resto del público, que era ajeno al retorcido trabajo de Townsend?
Como si la noche estuviera destinada a ser magnifica, la actuación del calvo guitarrista se transformó en un verdadero delirio, entre los que se agolpaban en la parte delantera del escenario y los que observaban sorprendidos la actuación de uno de los músicos más completos que ha parido el rock en su historia. Antes de comenzar el concierto, la mente de Townsend ya tomaba por sorpresa al respetable, que de pronto se encontró con un televisor gigante reproduciendo el canal “Ziltoid TV”, donde el extraterrestre cuya principal tarea en la Tierra es la de buscar la copa de café perfecta, se transformaba en el presentador de una serie de videos de Internet, bizarros y absurdos, que caen en la definición anglosajona que se ha dado a este tipo de productos audiovisuales, “The weird part of Youtube”.
El programa se termina y el músico hace su entrada junto al resto de la banda para comenzar el show con “Truth”. Los pasajes dedicados al álbum “Ziltoid The Omniscient” (2007) no se hicieron esperar con “ZTO” y “By Your Command”, con el mismísimo alien como invitado especial en la pantalla de fondo, apoyo audiovisual que acompañó a toda la presentación, funcionando como un genial valor agregado al show de Townsend, graficando cada una de las bizarras visiones del músico.
Material del genial “Addicted” (2009) se hacía presente con “Supercrush!”, donde Townsend cantó las secciones pertenecientes a Anneke van Giersbergen con un poder inigualable, a pesar de que su voz se vio sobrepasada por los instrumentos en varios pasajes del concierto. “Epicloud” (2012), el disco más reciente del canadiense, marcó presencia con tres cortes, siendo “Liberation” y la inmensa “Grace” las más efectivas del conjunto. Una sorpresa para los fanáticos fue la interpretación de “Love?”, cover de Strapping Young Lad, que según las propias palabras que Townsend compartió con nosotros en laentrevista que le realizamos, no iba a estar presente, por lo que su llegada fue recibida como un inmenso regalo.
El festival terminó con la odisea de “Planet Of The Apes” y la locura de “Bad Devil”. Devin Townsend bromeó en cada momento, se emocionó en otros, y jamás borró la sonrisa de su rostro. Su primer show en Latinoamérica fue una victoria absoluta, incluso desmarcándose del resto con su particular estilo, se las arregló para entregar un show de culto. Rememorando una vez más las palabras que pudimos compartir con este genio del metal, este show iba a ser el apretón de manos que sedimentaría un eventual regreso de Townsend al país. Como prueba gráfica del positivo resultado de este debut, el músico bajó del escenario al final del show y le dio la mano a cada uno de los fanáticos que se agolparon en la reja. Hasta la próxima, Devin.
Por Sebastián Zumelzu
Fotos por Praxila Larenas
Fuente: www.humonegro.com
Día 2 14/04/2013
A diferencia del día sábado, la segunda jornada de The Metal Fest fue redonda. Cada uno de los grupos reventó el Movistar Arena, funcionando a la perfección la mezcla de géneros y consolidando al festival como el certamen metalero más importante de la región. ¿Por qué? Porque no fue necesario meter una “sandía calada” al cartel para tener una noche de metal sobresaliente. Desde Brutal Truth hasta Devin Townsend Project, el domingo fue una jornada exquisita de inolvidables debuts y sobresalientes regresos.
Brutal Truth: Brutalidad y respeto
El grindcore volvió a ser el estilo que abrió el último día de festival. Brutal Truth descargó toda la suciedad de su repertorio en un espectáculo preciso, que gozó de una gran respuesta por parte del público. El vocalista de los neoyorkinos, Kevin Sharp, anticipaba la fiesta grindcore lanzando discos y vinilos a los asistentes, minutos antes de comenzar el show.
Los músicos entraban a escena para realizar la primera descarga con “Birth Of Ignorance”, y de ahí el caos no se detendría. Aprovechando el poco tiempo que tenían, los norteamericanos se despacharon veinte canciones, entre las que destacaron “Godplayer”, con un Dan Lilker como protagonista de la función arrasando con su bajo, y “Denial Of Existence”, que desató uno de los mosh más infernales del día.
La banda se mostró agradecida en todo momento por el recibimiento local, después de todo, debutar en un escenario de esta magnitud, con un estilo que no es de los más populares en Chile, es una hazaña que no pocos pueden contar, y así lo confirmaron el poder de cortes como “Celebration Gunfire” y “Small Talk”, que marcaron la parte intermedia del espectáculo, con una banda que derrochaba violencia y, al mismo tiempo, respeto y estima, como si fuera un verdadero honor el salir triunfante de nuestras tierras.
Canciones como “Sugardaddy”, “Get A Therapist… Spare The World”, “Fuck Cancer”, y la elegida para cerrar el show, “Choice Of A New Generation”, con un Sharp lanzándose hacia el público, sellaron una presentación simplemente brutal, haciendo honor al legado de la banda y transformándose en la primera de una seguidilla de satisfacciones que se sucederían durante este glorioso domingo.
Nile: El debut soñado
Si el discreto cierre con Down la noche anterior había sembrado algunas dudas sobre la pasión del metalero chileno, lo de Nile volvió a poner a los chilenos como el público más enérgico del estilo, porque su actuación fue una de las que dejó el mejor sabor de boca, con una química que se manifestó desde la primera nota de “The Blessed Dead”, hasta la ovacionada “Black Seed Of Vengance”.
Los de Carolina del Sur se habían hecho de rogar y su debut en Chile se hizo realidad después de tres intentos frustrados por traerlos al país. La incertidumbre estaba en que si tenerlos presentes por primera vez en el marco de un festival era la forma idónea de encontrase con Nile. No hizo falta más que la sola presencia del cuarteto sobre el escenario para acallar todas las bocas, y embarcarse en su máquina virtuosa y aplastante.
“Defiling The Gates Of Ishtar”, “Sacrife Unto Sebek”, “Supreme Humanism Of Megalomani”, cumplían las fantasías más oscuras del numeroso contingente que se hizo parte del debut de Nile. Cánticos de emoción eran reproducidos desde cada uno de los rincones del recinto y un extasiado Karl Sanders no hacía más que sonreír de orgullo y animar a los fanáticos a continuar el carnaval demoledor con “Ithyphallic”.
La promesa de un regreso no se hizo esperar y la deuda quedó saldada cuando llegó “Black Seed Of Vengance”, cerrando un recital que dejó a todos con ganas de más, porque con tal nivel de majestuosidad en su presentación, Nile merecía estar más tiempo sobre el escenario. El ansiado show a solas es la próxima meta a cumplir, porque con este debut soñado, Nile no puede volver a hacerse esperar tantos años para reencontrarse con el público más extremo del mundo. Sublime.
Brujería: ¡Arrasando Güeros!
Ocupando el vació que dejó Voivod tras la cancelación de su show en el festival, los mexicanos de Brujería se dejaron caer con un show que sopesó con creces la caída de los canadienses, haciendo del Movistar Arena un verdadero torbellino de puños y metal con sabor latinoamericano.
Los encapuchados comenzaron con “Cuiden A Los Niños”, para luego desear lo mejor a Snake, vocalista de Voivod, y dejar en claro que ellos venían a ser más que un reemplazo con la brutal ejecución de “El Desmadre”. Para hacernos parte de su ejército, los mexicanos nos pusieron a marchar con “La Marcha Del Odio”, donde no sólo desfilaron soldados chilenos, sino que también venezolanos y brasileños. Poder sudamericano celebrando a una de las bandas que mejor ha podido retratar la realidad de su sociedad y su pueblo en Latinoamérica, un mérito muy valorable tomando en cuenta que muchos músicos de esta parte del continente abandonan sus raíces a la hora de hacer música, para tratar de asimilarse a las influencias del norte.
“Colas De Rata”, “Cruza La Frontera”, “Brujerizmo” y el adelanto del próximo disco, que ha sabido hacerse esperar, con “Ángel De La Frontera”, se transformaron en algunos de los momentos más destacables de los liderados por Juan Brujo. La comunicación con los presentantes fue esencial para el show, donde se sucedieron bromas como la de que Dee Snider, vocalista de Twisted Sister, subiera al escenario para interpretar junto al grupo “Matando Güeros”, además de reconocer en cada momento la fiereza del público local, a quienes denominaron como “los más chingones”.
El gran final llegó con “Matando Güeros”, con el machete de Juan Brujo azotando los retornos, mientras que en la cancha la violencia se desataba y los puños volaban para despedir al combo mexicano, que salía del escenario secundado por la jocosa versión de la “Macarena”, rebautizada como “Marijuana”. Nos quedamos sin Voivod, pero obtuvimos la fuerza de Brujería que, sin medir consecuencias, arrasó con todos.
Symphony X: Virtuosismo y poder
Dejando la agresividad a un lado, llegaba el poder de Symphony X. El quinteto dirigido por Michael Romeo, nos entregó un repertorio lleno de éxitos, donde el virtuosismo de su guitarrista se hacía un espacio entre los cantos épicos de Russell Allen, para deleitar nuestros oídos con la banda más “escuchable” de la velada.
Siendo “Iconoclast” (2011) el disco más reciente de los de Nueva Jersey, por lo que “Iconoclast”, la canción, “The End Of Innocence” y “Dehumanized”, fueron las que abrieron el show de Symphony X, y por muy recientes que sean en el repertorio de los americanos, los fanáticos no dejaron de seguir las letras que reproducía un Russell Allen en un perfecto estado, quien dirigía al grupo con presteza, hasta que tocaba ceder el turno a Romeo, quien parecía montar un espectáculo propio, aparte de la banda, para demostrar su virtuosismo en las cinco cuerdas.
El sonido era perfecto, y servía para descansar por unos momentos de las sesiones de destrucción que significaron los números anteriores, para poner a prueba la garganta y disfrutar de canciones como “Sea Of Lies” y la emociónate versión de “When All Is Lost”, donde Allen se transformó en el protagonista de esta balada perteneciente al último larga duración de Symphony X.
Tampoco es que la actuación de los estadounidenses haya sido un tranquilo paseo por la pradera, “Of Sins And Shadows” tiene en su interior rabia y poder suficientes como para disfrutar con intensidad, mientras Romeo en la guitarra y Pinnella en el teclado, demostraban con soltura la experticia sobre sus instrumentos.
“Eve Of Seduction”, “Serpents Kiss” y finalmente “Set The World On Fire (The Lie Of Lies)” cerraron la presentación de los norteamericanos en The Metal Fest, funcionando como un perfecto catalizador entre la brutalidad y los himnos melódicos del heavy metal progresivo.
My Dying Bride: Catarsis oscura y melancólica
Lo de My Dying Bride fue un paréntesis en la tarde de domingo. El Movistar Arena se entregaba a las sombras y a las emociones más oscuras del alma humana, para ser interpretadas por las letras bucólicas y desgarradoras de los ingleses. Teatralidad quejumbrosa cortesía del calvo vocalista, Aaron Stainthorpe, hizo del certamen un tenebroso poema que se extendió por poco más de una hora.
“Kneel Till Doomsday”, perteneciente “A Map Off All Our Failures” (2012), el último larga duración de la banda, dio la entrada al quinteto que se mantuvo en la parte delantera del escenario, presentando a cada uno de sus músicos, como seres sumergidos en la desolación, siendo Stainthorpe el canal por el cual fluían todas las emociones.
El doom metal hacía su entrada oficial a The Metal Fest y no soltó a ninguno de los asistentes, quienes parecían estar bajo una hipnosis catártica –llantos incluidos de algunas fanáticas ubicadas en la platea-, tratando de desordenarse en reiterados pasajes, donde la intensidad lograba ascender desde el fondo de la oscuridad, pero sin mayores resultados que un par de brazos alzados, incapaces de romper el encantamiento en el que nos había apresado My Dying Bride.
“Turn Loose The Swans” fue el primer regalo para los fanáticos que tuvieron que esperar una eternidad para vivir este momento en vivo. Una vez más, el poder del debut en el lugar y momento indicado, hizo de esta presentación un imperdible, a pesar de que las revoluciones se mantenían en su estado más bajo con “From Darkest Skies”. Aaron Stainthorpe se robaba la película en todo momento, absorto en su interpretación, sólo dirigiéndose al público al final de cada tema, donde mostraba la alegría del músico detrás del personaje.
Sendas versiones de “She Is The Dark”, “The Cry Of Mankind” y “The Forever People”, cerraron el show
de los europeos. El repertorio fue modesto para este debut, siendo que cada canción superaba los cinco minutos de duración, el cumplimiento de esta “deuda” sólo creo más ansias por volver a vivir un nuevo show de My Dying Bride. Terminada su personificación, el vocalista prometió el regreso de la banda, dejando el sabor a melancolía oscura en cada uno de los labios de los presentes, quienes no tienen otra opción más que esperar con paciencia hasta volver a tener la oportunidad de lanzarse a las sombras de My Dying Bride.
Carcass: Efectiva demolición
El gran plato fuerte de la noche llegaba con el retorno de Carcass, quienes tuvieron la gran tarea de sacar al Movistar Arena de la hipnosis de My Dying Bride, y revolucionar a un público que desde un principio estaba totalmente entregado a la devastación de los británicos.
Con perturbadoras imágenes de apoyo proyectadas en los amplificadores y en las pantallas ubicadas en la parte superior del recinto, los ingleses comenzaron la contienda con “Buried Dreams”, rompiendo el letargo e inyectando adrenalina en cada una de las almas que se dejaron todo en la sala de cirugías bestiales de Carcass. Tal fue la magnitud del impacto, que de pronto el humo de un extintor comenzó a emanar desde el centro del mosh, en un movimiento peligroso, pero que hay que admitir, encajó de perillas con la tónica del show.
Bajo un sonido que nunca alcanzó la pulcritud, Carcass se transformó en una bestia imparable. Conscientes del escaso tiempo del que disponían, los de Liverpool hicieron de las suyas con temas como “Incarnated Solvent Abuse”, “No Love Lost”, “This Mortal Coil”, y “Genital Grinder”, que fue acompañada de asquerosas imágenes de genitales infectados por enfermedades, y fue dedicada con cariño por Jeff Walker a todas las señoritas del lugar.
Según los entendidos en el tema, este redactor no puede opinar al respecto, al no haber estado presente en el evento, el show que ofreció Carcass en el Teatro Caupolicán hace cinco años fue un acontecimiento que quedó grabado con fuego en cada una de las retinas de los metaleros que estuvieron presentes ese día. Tomando en cuenta estos argumentos, he de admitir que, a pesar de que los ingleses hicieron suyo el Movistar Arena, faltó algo que hiciera de esa presentación lo épica que se esperaba. Nile lo tuvo, y se notó desde un principio, pero terminada la presentación de Carcass con la mortal “Heartwork”, la sensación de que esto pudo haber sido un poco más, no deja de rondar la cabeza de quien escribe. Aun así, la presentación fue increíble y marcó el último gran momento de violencia de la noche.
Devin Townsend Project: El triunfo del genio demente
Esta era la gran interrogante de la noche. ¿Cómo iba a recibir The Metal Fest a Devin Townsend? Es cierto que el canadiense tiene a su público incondicional en el país, quienes pagaron exclusivamente para ver al ex Strapping Young Lad, pero ¿qué pasaba con el resto del público, que era ajeno al retorcido trabajo de Townsend?
Como si la noche estuviera destinada a ser magnifica, la actuación del calvo guitarrista se transformó en un verdadero delirio, entre los que se agolpaban en la parte delantera del escenario y los que observaban sorprendidos la actuación de uno de los músicos más completos que ha parido el rock en su historia. Antes de comenzar el concierto, la mente de Townsend ya tomaba por sorpresa al respetable, que de pronto se encontró con un televisor gigante reproduciendo el canal “Ziltoid TV”, donde el extraterrestre cuya principal tarea en la Tierra es la de buscar la copa de café perfecta, se transformaba en el presentador de una serie de videos de Internet, bizarros y absurdos, que caen en la definición anglosajona que se ha dado a este tipo de productos audiovisuales, “The weird part of Youtube”.
El programa se termina y el músico hace su entrada junto al resto de la banda para comenzar el show con “Truth”. Los pasajes dedicados al álbum “Ziltoid The Omniscient” (2007) no se hicieron esperar con “ZTO” y “By Your Command”, con el mismísimo alien como invitado especial en la pantalla de fondo, apoyo audiovisual que acompañó a toda la presentación, funcionando como un genial valor agregado al show de Townsend, graficando cada una de las bizarras visiones del músico.
Material del genial “Addicted” (2009) se hacía presente con “Supercrush!”, donde Townsend cantó las secciones pertenecientes a Anneke van Giersbergen con un poder inigualable, a pesar de que su voz se vio sobrepasada por los instrumentos en varios pasajes del concierto. “Epicloud” (2012), el disco más reciente del canadiense, marcó presencia con tres cortes, siendo “Liberation” y la inmensa “Grace” las más efectivas del conjunto. Una sorpresa para los fanáticos fue la interpretación de “Love?”, cover de Strapping Young Lad, que según las propias palabras que Townsend compartió con nosotros en laentrevista que le realizamos, no iba a estar presente, por lo que su llegada fue recibida como un inmenso regalo.
El festival terminó con la odisea de “Planet Of The Apes” y la locura de “Bad Devil”. Devin Townsend bromeó en cada momento, se emocionó en otros, y jamás borró la sonrisa de su rostro. Su primer show en Latinoamérica fue una victoria absoluta, incluso desmarcándose del resto con su particular estilo, se las arregló para entregar un show de culto. Rememorando una vez más las palabras que pudimos compartir con este genio del metal, este show iba a ser el apretón de manos que sedimentaría un eventual regreso de Townsend al país. Como prueba gráfica del positivo resultado de este debut, el músico bajó del escenario al final del show y le dio la mano a cada uno de los fanáticos que se agolparon en la reja. Hasta la próxima, Devin.
Por Sebastián Zumelzu
Fotos por Praxila Larenas
Fuente: www.humonegro.com